La carnitina es un suplemento popular conocido por sus posibles beneficios para mejorar el rendimiento deportivo, la recuperación muscular y el metabolismo de las grasas. Sin embargo, no todo el mundo puede tomar carnitina de forma segura. Es fundamental saber quiénes deben evitar este suplemento para prevenir efectos adversos.
Personas con determinadas afecciones médicas
Las personas con determinadas afecciones médicas deben evitar tomar carnitina sin consultar a un profesional de la salud. Estas afecciones incluyen:
- Problemas de tiroides: la carnitina puede interferir con la función de la hormona tiroidea, por lo que las personas con trastornos de la tiroides deben tener cuidado.
- Trastornos convulsivos: la carnitina puede empeorar las convulsiones en algunas personas, por lo que quienes padecen trastornos convulsivos deben evitarla.
- Enfermedad vascular periférica: la carnitina puede empeorar potencialmente los síntomas en personas con esta afección.
Personas que toman medicamentos específicos
Existen determinados medicamentos que pueden interactuar con la carnitina y provocar efectos adversos. Las personas que toman los siguientes medicamentos deben evitar la carnitina:
- Warfarina: La carnitina puede aumentar el riesgo de sangrado en personas que toman este anticoagulante.
- Hormonas tiroideas: La carnitina puede interferir con la absorción de los medicamentos para la tiroides, afectando su eficacia.
- Ácido valproico: La carnitina puede aumentar el riesgo de efectos secundarios en personas que toman este medicamento para las convulsiones.
Niños y mujeres embarazadas
No se recomiendan los suplementos de carnitina para niños o mujeres embarazadas, a menos que lo prescriba específicamente un médico. La seguridad de los suplementos de carnitina en estas poblaciones no se ha estudiado en profundidad, por lo que se recomienda precaución.
Es fundamental consultar con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier nuevo régimen de suplementos, incluida la carnitina. Pueden brindar asesoramiento personalizado en función del estado de salud individual y las posibles interacciones con medicamentos o afecciones médicas.